He visto aquí en Guatemala que entregan la mencionada ceiba de oro a ciertas empresas por su excelencia y "preferencia" del consumidor. Sin embargo, leyendo despacio el sitio de la ceiba de oro AQUI, me dí cuenta de lo siguiente:
La ceiba de oro se la dan a la empresa que recibe los seminarios de opsa y llena los requisitos de estos. No es precisamente la elección preferida de los consumidores; la empresa que más seminarios recibe y LOS COMPLETA, es la más probable "ganadora" de una ceiba de oro.
De esta cuenta, es que he visto empresas de las que no había oído hablar en 30 años ó cuyo producto en ninguna forma es el mejor del mercado. Por ejemplo, hay farmacias ó ferreterías que nunca aparecen en los diarios, cuesta encontrarlas en la guía telefónica, cubren un sector geográfico reducido y sin embargo resultan seleccionadas (!!??)
En el otro ejemplo nombraremos a los protagonistas; tenemos que recibió la ceiba de oro la empresa fabricante de jugo de naranja del sol; dicho jugo de naranja es altamente ácido, se supone que natural, y al menos a mí y a algunos conocidos nos provocaba una violenta acidez, al punto que en reuniones preferíamos tomar agua pura.
Apareció entonces Tampico, con su jugo de naranja y mandarina. Que pasó? Se comió el mercado. Ahora jugo del sol es un fantasma de lo que era antes. Concluyo entonces que del sol no era precisamente lo mejor del mercado, sino que el mercado no tenía en ese tiempo una opción mejor; al surgir esta, el consumidor la prefirió y dejó por un lado a la marca anterior, del sol, haciendo ver que no era "tan buena" realmente.
Para qué la ceiba de oro?
Probablemente les sirva a empresas con negocios internacionales, para esgrimir dichos certificados ante sus socios y clientes extranjeros, para aumentar la "confianza" de estos en ellos. Pero para el mercado interno, al menos para mí, es irrelevante.
Si una empresa nos da un buen producto y un buen servicio, apóyenla con su preferencia; pero no se dejen llevar por lo que dicen supuestos expertos. La recomendación de boca en boca y la experiencia propia no tienen sustituto en este sentido.
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