Supongo que alguna vez habrán ido a ver una película a un cine perteneciente a la cadena cinépolis; estos son los del C.C. Miraflores y los de Pradera/Concepción.
Ahora acostumbran a pasar antes de la película un "anuncio", que describo:
Llega la mamá de trabajar, se sienta cansada a la mesa, y comenta que consiguió barata la copia de una película "en la calle"; espera que se vea bien en el televisor; de no verse, pues salió barata.
Después le comenta a su hijo si no tiene que estudiar, al verlo que va para la calle; éste le contesta que no, que un amigo "se robó" las preguntas del examen, como ella hizo con la película.
Por supuesto, la primera vez que ví este anuncio me pegué la carcajada y grité casi en forma inconsciente, "QUE PAJEROS!!"; creo que dicha reacción la motivó la incredulidad de mi parte respecto a lo que estaba viendo en la pantalla. Una corporación aprovechándose de la ignorancia de la gente.
En primer lugar, el hecho de comprar la película en la calle no es tipificado como robo según la ley, sino como "una infracción a los derechos de autor"; la parte material de la película, el estuche, disco y literatura, siguen estando a la venta en los comercios a lo largo y ancho del país; ni una copia de esas fué hurtada por la madre del anuncio: NI UNA.
Acordémonos que un robo es apropiarse de un bien ajeno por la fuerza ó con intimidación (algo material); en este caso, la película es un bien intangible; dirán que el disco, pero no: el disco es solamente el medio por el cual se distribuye la película, pero NO ES la película en sí.
Estamos ante un LAVADO DE CEREBRO de parte de los estudios de películas, los cuales tratan de hacerse sentirse culpable al consumidor, evitando inclusive la posibilidad de hacer una copia de respaldo del bien adquirido.
Las películas en DVD no pueden copiarse por estar protegidas* digitalmente; y caíganse de la silla en que están sentados: lo adquirido solamente es el disco, literatura y estuche: sobre la película solamente se nos CONCEDIO UNA LICENCIA para verla; así es la visión de los estudios cinematográficos. Dicho lo anterior tenemos que si arruinamos el disco y ya no podemos ver la película, tenemos que comprar nuevamente LA LICENCIA para verla, adquiriendo otra vez el disco, estuche y literatura; y todavía tienen el descaro de no reconocer responsabilidad de reponer la copia original de la película que se nos arruinó, aunque llevemos nosotros el disco, estuche y factura de compra para que lo hagan.
Esto, para cualquier persona con uso de razón, ES UNA VIL Y VULGAR ESTAFA.
Yo en lo personal, compro los DVD originales usados, y me salen, dependiendo de la película, de US$4 a US$12. Ya quiero ver que estos locos de los estudios traten de que se prohiba la venta de películas usadas, tal y como lo hacen los fabricantes de software, y a la cabeza de ellos, micro$oft. Y no crean que no van a intentarlo; es como un sueño dorado para ellos, de poder hacerse.
*Hago esta anotación para aclarar que es posible copiar un DVD, pero se tiene que tener ciertos programas y la paciencia para usarlos, aparte del equipo; lo dicho es para el 95% de los consumidores que no tienen el tiempo ó destreza para hacerlo ó que compran la copia original ó en la calle.
reflexión: después de escribir éste artículo, me puse a pensar en los tiempos de la universidad; cuántas veces no fotocopiamos los libros de texto?
Si los ladronotes de las disqueras pudieran meterse con los libros, nos vamos todos a la cárcel; la fotocopia es EXACTAMENTE LO MISMO por lo cual lloran las disqueras: es una copia que se hace para uso personal a partir de un artículo original. Claro que con los libros pasa lo mismo que con los discos: los precios son artificialmente altos, por una parte, y su valor intrínseco no es muy alto. Un libro de texto puede costar cientos de quetzales, lo cual dá cólera al saber uno de antemano que si mucho se utilizará un 25% del mismo; más parece que el alto precio del libro es para que la editora saque costos y ganancia con una venta limitada del mismo, y no busca establecerse con la obra a largo plazo en el mercado. Y lo de la subutilización del libro es lo mismo que pasa con los discos de música: 16 canciones y tal vez dos ó tres canciones buenas; eso es una estafa. COPIEN LO QUE PUEDAN MIENTRAS PUEDAN!!!!
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